EXAMEN NACIONAL
Las puertas del milenio
se han abierto y con ellas la presencia de negros nubarrones en el horizonte propiciados
por la ruptura de la tregua de ETA, las elecciones generales y la situación económica,
que lejos de ser lo prometedora que nos quieren hacer creer, es una especie de ser vivo
que depende para su supervivencia de otros seres vivos, como los animales o vegetales, a
cuyo amparo sobrevive.
Además, están las guerras internas
político-económicas que manifiestan claramente la presencia de clanes, de
"mafias" organizadas que no tienen escrúpulos a la hora de quitarse de en medio
a cualquiera que les estorbe o les comprometa.
Pasó con Mario Conde, pasó con Rumasa y pasó ahora con Gil y Gil. Y aunque todos ellos
no sean precisamente santos varones, la forma, el método, y el momento utilizado para su
"defunción" social, tienen muchas, demasiadas coincidencias como para no
sospechar que se puede ser o llegar hasta un punto, pero como oses desafiar a quienes
manejen los hilos de todo, estás firmando tu certificado de defunción.
Y las preguntas surgen espontáneamente en las mentes que quieren pensar... ¿Habría sido
barrido del mapa Mario Conde si no se hubiera enfrentado al clan de los banqueros y
hubiese pretendido entrar en política? ¿Estaría Gil y Gil como está si no hubiera
amenazado al Gobierno Central y pretendido acaparar más poder político? ¿Es qué acaso
no se sabía desde hace mucho tiempo de sus chanchullos con el club de sus sueños y con
su alcaldía? ¿Por qué nunca supimos la verdadera razón de la intervención de Rumasa?
Está claro que una cosa es lo que vemos y otra muy distinta la realidad que hay detrás,
pero quienes hayamos visto películas como "El Padrino" o similares podemos
hacernos una idea de por donde van las cosas.
La
estupidez, los intereses creados y el ansia de poder nos pueden conducir a todos a una
situación explosiva.
Y otro asunto que explota en estos momentos
es lo de ETA. ¿Por qué se rompió la tregua? Lógicamente nada justifica el que vuelvan
a matar, y en ese sentido la repulsa y la condena es general, pero ¿qué fue lo que
ocasionó que todo diera un giro tan brusco de repente? ¿Por qué el PNV dice lo que dice
y Arzalluz insiste en que una bomba que estallara por ahí sería del agrado del Ministro
del Interior, Mayor Oreja?
Para decir algo así, una de dos, o hay que estar muy pasado o hay que conocer mucho más
de lo que los mortales de a pie conocemos. Y no creo que sea ninguna novedad afirmar que
los de a pie no conocemos nada de lo que se cuece detrás de los telones, en los
despachos, en los pactos y las reuniones secretas.
Con todo, España entra en el 2000 más dividida que nunca, más expectante, más
preocupada y alterada, porque la situación aparentemente buena y empeñados todos en que
así lo parezca, es más bien muy preocupante, tal vez porque el mejor síntoma de
progreso y bienestar que existe es la unidad, y eso es precisamente de lo que más se
carece en nuestro país.
Y las próximas elecciones generales van a crear un clima aún más tenso, en unos
momentos en que debería predominar la cordura, la contención verbal y la tendencia al
equilibrio, a buscar la unidad, los pactos, la comprensión mutua.
Mientras que los políticos preparan su precampaña insultante, ETA prepara sus bombas y
la calle se pone cada día más nerviosa.
Y no es ser fatalista, es simplemente ver cómo la estupidez, los intereses creados y el
ansia de poder nos pueden conducir a todos a una situación explosiva, precisamente en
unos tiempos marcados por el catastrofismo y por la irracionalidad colectiva.
A lo mejor, es necesario todo y más para que de una vez por todas comprendamos que el
secreto del progreso radica en la unidad de todos, no en las luchas por el poder.
El problema es que hay que pagar un precio en víctimas inocentes./ M.C. |