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El reto de la medicina del siglo XXI será combinar todos los avances científicos y tecnológicos con el trato humano


MAS QUE SALUD:
CALIDAD DE VIDA

Ya no se trata sólo de vivir más, sino de mejorar la calidad de esos años de vida ganados al tiempo. Esta filosofía tiene un nombre: Calidad de Vida Relacionada con la Salud, y propone un trabajo conjunto entre médico y paciente para lograr los mejores resultados.

Los grandes avances que experimentan todos los órdenes de la medicina en los últimos años, han contribuído a aumentar espectacularmente la longevidad en los países desarrollados. Los tratamientos se perfeccionan y se multiplican las posibilidades de curar lo que hasta hace poco se consideraba incurable. Pero todo este vértigo de avances implica un riesgo que se nombra poco: olvidar que el paciente no es sólo un cuerpo enfermo que necesita cuidados, sino un ser humano integral que busca recuperar su bienestar a todos los niveles. El reto de la medicina del siglo XXI será combinar todos los avances científicos y tecnológicos con el trato humano. La persona antes que el enfermo, esa es la nueva filosofía. "Los medios científico-técnicos están consiguiendo efectivamente el alargamiento de la vida, aunque a veces a costa de unas condiciones de vida poco deseables. Por tanto, empieza a ser un objetivo de interés para la ciencia médica la calidad de esa vida ganada, es decir, no tanto los años de vida que se logran, sino cómo se consiguen vivir", explica el doctor asturiano Juan Antonio Fernández-López.

Para hacer la evaluación de la calidad de vida, lo primero es recoger fielmente la opinión del paciente, preguntarle cómo se encuentra y cómo puede desarrollar sus actividades, cómo percibe su situación vital en todos los órdenes, etc. Entra en escena un nuevo concepto: Calidad de Vida. "Este movimiento -continúa el doctor Fernández-López- nace, por un lado, de la necesidad de mejorar los conocimientos médicos y de las limitaciones de los propios progresos científico-técnicos y, por otro, como respuesta a la presión de los usuarios de la sanidad, que exigen cada vez más saber qué tipo de tratamiento van a tener y en qué condiciones va a aplicarse ese tratamiento. Exigen opinar y participar en la toma de decisiones clínicas".

La preocupación por la calidad de vida surge por vez primera en los Estados Unidos, donde la sanidad no está integrada dentro de un sistema público, sino privado, y donde el usuario, como consumidor que paga la asistencia, siente la necesidad de exigir y de participar en el proceso de su propia recuperación. En Europa, este movimiento enraíza en los países nórdicos, Alemania a la cabeza. A nuestro país tarda más en llegar la nueva corriente. La primera vez que se oye hablar de Calidad de Vida es en un congreso científico en el año 86, aunque el concepto no se incorpora realmente hasta principios de los 90, cuando grupos de profesionales -sobre todo en Asturias y Cataluña- se ponen a trabajar en la adaptación de métodos de medida de la calidad de vida a la realidad cultural española: "No sólo se trata de traducir los instrumentos de medida -cuestionarios- de una lengua a otra, sino de adaptarlos al sentido de cada pueblo. Es un proceso difícil y lento, porque los sentimientos de una cultura no coinciden con los de otra". Por este medio se hace posible la moderna tecnología comunicativa de la calidad de vida, que en definitiva recoge, de forma fiable y válida, la opinión del paciente para contar con ella a la hora de tomar las decisiones clínicas. Para hacer esto posible, confluyen en este campo diversas disciplinas, no sólo la psicología, la antropología, la psicometría y la medicina, sino también la economía, importante para calcular los costes de las intervenciones y optimizar los recursos, facilitando, así, la toma de decisiones de los políticos o de los planificadores.

EEl reto de la medicina del siglo XXI será combinar todos los avances científicos y tecnológicos con el trato humano. La persona antes que el enfermo, esa es la nueva filosofía.

Juan Antonio Fernández LópezEse es precisamente el trabajo en el que este grupo de médicos españoles ha volcado su esfuerzo durante los últimos años: poner a disposición de los médicos una "vara de medir" adecuada para un concepto fundamentalmente subjetivo. "Se trata de recoger el bienestar y la capacidad de actuación de cada uno o cuál es la apreciación de su riqueza vital. ¿Cómo traducir esto a una puntuación matemática objetiva, por ejemplo a un 2,3 en función física o psicológica, cuando el rango de valor oscila entre 0= peor estado posible y 4= mejor estado posible? En ese proceso interviene la psicometría y la teoría de la construcción de cuestionarios, campo este que ha experimentado un importante desarrollo en los últimos años. Ahora sabemos, por ejemplo, que el instrumento que utilizamos, denominado Perfil de calidad de Vida en Enfermos Crónicos (PECVEC), es válido para evaluar calidad de vida, que su margen de error es mínimo y que es útil para su utilización en la práctica clínica. Para llegar a esta conclusión hemos probado el cuestionario, repetidamente, en diferentes grupos de población tanto sana como enferma. Hemos analizado el nivel de calidad de vida de la mayoría de las enfermedades crónicas más frecuentes entre la población, cuáles son las diferencias entre ellas y cuál es el grado de deterioro que provoca cada enfermedad respecto de la población sana. En este proceso de evaluación hemos alcanzado dos conclusiones genéricas: uno, que las mujeres tienen peor calidad de vida que los hombres, y dos, que la calidad de vida disminuye a medida que la edad avanza.

El hecho de la menor estima que tienen las mujeres de su calidad de vida puede deberse a factores sociales, como la desigualdad de oportunidades. Ahora bien, no debemos olvidar otro aspecto, descrito por la filosofía, que considera la psicología femenina más sensible a las señales del cuerpo que la psicología masculina. "Es un hecho notorio que el cuerpo femenino está dotado de una sensibilidad interna más viva que el del hombre, esto es, que las sensaciones orgánicas intracorporales de los hombres son vagas y como sordas comparadas con las de la mujer. La relativa hiperestesia de las sensaciones orgánicas de la mujer trae consigo que su cuerpo exista para ella más que para el hombre el suyo. Los varones, normalmente, olvidamos nuestro hermano cuerpo". Por esta razón, refleja más el deterioro y los problemas de bienestar.

En lo tocante a los cambios en la calidad de la vida relacionados con la edad resulta que hasta los 15 años (infancia), se registran puntuaciones muy altas, que descienden cuando el joven toma plenamente contacto con el mundo exterior. Más tarde, entre los 30 y los 45 años y coincidiendo con la estabilidad familiar y laboral, vuelven a ascender los niveles de calidad alcanzando los valores más altos de la vida, para después descender paulatinamente.

PPara hacer la evaluación de la calidad de vida, lo primero es recoger fielmente la opinión del paciente, preguntarle cómo se encuentra y cómo puede desarrollar sus actividades, cómo percibe su situación vital en todos los órdenes, etc.

A veces ocurre que un tratamiento no cura ni detiene la enfermedad pero, sin embargo, es interesante para el enfermo en términos de calidad de vidaLa validez alcanzada en esta aplicación descriptiva de la investigación en el estudio de poblaciones permite extender el estudio de la calidad de vida a la clínica médico-psicológica y aprovechar sus posibilidades prácticas. "Estos datos se utilizan en el campo de la planificación sanitaria o de los servicios sociales para comparar grupos dentro de una misma población y decidir en cuáles interesa invertir más recursos o articular actuaciones determinadas". En el momento de tomar contacto con un paciente, al médico le interesa saber cuál es su nivel de calidad de vida antes de la intervención médica y cuál será el cambio y la dirección del mismo una vez implantado un determinado tratamiento. El doctor Juan Antonio Fernández-López pone como ejemplo la hipertensión arterial esencial, una enfermedad, generalmente asintomática de la que se desconoce su origen en el 95% de los casos, pero donde la mayor parte de los tratamientos existentes resultan igualmente eficaces para controlar la presión sanguínea. "El problema es que los medicamentos antihipertensivos producen efectos secundarios que hacen que los enfermos se sientan peor que antes del tratamiento y, por tanto, lo abandonan lo que les hace seguir expuestos a un gran riesgo de sufrir complicaciones como embolias, infartos, etc. Estudiando los repercusiones de los medicamentos en términos de la calidad de vida podemos seleccionar aquellos que producen un menor deterioro manteniendo idéntica eficacia en el control de la presión sanguínea, logrando, así, que los enfermos sigan los tratamientos adecuadamente y reducir las complicaciones y la mortalidad. Si el médico es consciente de ello prescribirá el medicamento que mejores resultados reporte en términos de calidad de vida. Esto ha llevado a que la industria farmacéutica incremente sus investigaciones para producir fármacos muy efectivos y con mínimos efectos indeseables. Otras veces ocurre que un tratamiento no cura ni detiene la enfermedad pero, sin embargo, es interesante para el enfermo en términos de calidad de vida y, por lo tanto, debe prescribirse".

Para hacer la evaluación de la calidad de vida, lo primero es recoger fielmente la opinión del paciente, preguntarle cómo se encuentra y cómo puede desarrollar sus actividades, cómo percibe su situación vital en todos los órdenes, etc. Las preguntas se presentan de manera estructurada y estandarizada en forma de cuestionarios que el enfermo debe rellenar. Teniendo presente sus respuestas, el médico está incorporando a su trabajo diario un concepto de salud mucho más amplio que el tradicional bienestar físico. Se aborda un enfoque global del individuo que comprende, por igual, el bienestar y las capacidades de actuación en las tres esferas de la vida humana: la física, la psíquica y la social.

Hoy por hoy, pocos centros médicos en España evalúan sistemáticamente los resultados de sus intervenciones en términos de calidad de vida; sin embargo, confiamos que la importancia y el interés creciente del tema, así como el esfuerzo continuado de diferentes equipos de investigación en nuestro país permitirán en un futuro próximo acercar esta tecnología comunicativa a la mayoría de la población./ C.F.

Más información sobre el tema puede encontrarla el lector escribiendo a la dirección electrónica: correo@pecvec.es o en la página Web: http://www.pecvec.es

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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