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EDITORIAL
EL PENSADOR
En cada uno de nosotros,
dentro de nosotros, existe todo un universo creado o construido a imagen y semejanza del
Universo conocido.
Existen mundos, galaxias, soles, agujeros negros y puertas dimensionales que comunican
entre sí los diferentes planos o niveles de consciencia.
Somos el microcosmos, versión reducida del Cosmos.
Y existen unos niveles inferiores donde la consciencia humana se mueve,
se desarrolla y evoluciona, y otros superiores donde reside nuestra consciencia divina o
Cósmica.
En los niveles inferiores rige o manda el yo inferior, también llamado personalidad, y en
los niveles superiores gobierna el Pensador, algo así como un gerente o encargado del
Ser.
El Pensador se mueve libremente por los niveles superiores y se encarga, entre otras
muchas cosas, de que la personalidad permanezca unida y sea receptiva a los impulsos,
órdenes o mandatos del Ser.
El Pensador es algo así como un "cazador de ideas" que luego traduce en
pensamientos creadores que a través de la personalidad se transforman en acciones, en
hechos.
Cuando cualquiera de nosotros dice... "tengo una idea", en realidad es que su
mente ha captado o recibido el impulso enviado por el Pensador, y que muchas veces es
consecuencia de una búsqueda o invocación desde la personalidad para solucionar o
solventar cualquier asunto en el plano físico.
Pero el Pensador no siempre puede actuar. Cuando la personalidad es muy
fuerte, cuando las ideas, los valores, los conceptos arraigados en la mente son muy
sólidos, el Pensador no encuentra camino para comunicarse y, como consecuencia, esa
personalidad, ese individuo, no evoluciona.
Debemos tener muy en cuenta que todos somos una proyección de nosotros mismos, de
nuestros Seres. Que las capacidades que tenemos desarrolladas y que manejamos en nuestras
vidas, son sólo una mínima parte de lo que somos y podemos hacer. Que nuestra mente y su
potencial está aún por desarrollar y que, en un sentido puramente espiritual y
evolutivo, somos aún niños.
Por ello, nuestros Seres crearon una "figura", un "intermediario", que
desde su ubicación en los niveles superiores pudiera dirigir nuestros pasos hacia una
evolución que no es otra cosa que el progresivo acercamiento a nosotros mismos, que la
progresiva Fusión con nuestros Seres, con el consiguiente despertar de cualidades
superiores que están aletargadas.
Pero en estos momentos evolutivos que atraviesa la humanidad, el
Pensador es la clave, la llave maestra que nos abrirá las puertas a un mundo diferente,
donde la mente se convierte en el principio y fin de todo, donde el Amor es contemplado
como algo imprescindible, pero no como el techo absoluto, y donde la unidad entre todos
los Seres humanos y estos a su vez con el Uno, con el Creador, adquiere dimensiones
absolutas.
El Pensador se mueve entre los Círculos y las Esferas. Navega por la Espiral participando
del movimiento que como el latido de un enorme corazón impulsa a las vidas hacia los
planos inferiores y las atrae de nuevo hacia su Origen cargadas de vivencias, de
experiencia y de sabiduría.
El Pensador es nuestro amigo más íntimo, nuestro consejero, la Voz que debemos buscar y
escuchar más allá del ruido y de las prisas, en el silencio de nuestro interior. El
siempre nos dirá lo que debemos hacer, por dónde seguir o cuándo detenerse.
El Pensador vive más allá del bien y del mal, por encima de la dualidad, del conflicto y
del dolor.
El Pensador tiene la gran responsabilidad de velar por nuestros pasos,
de "cuidarnos", y lo hará con esmero porque en realidad El y nosotros somos una
misma cosa, partes diferenciadas del mismo Ser.
Cada uno tiene su Pensador, cada uno debe saber encontrarlo más allá de los ruidos de la
mente y debe aprender a escucharlo y seguir sus consejos.
Quien aprenda a bucear en las profundidades de los mundos superiores de
la mano del Pensador, conocerá los misterios del tiempo y del espacio, descubrirá la
verdad de este planeta, de esta humanidad, y descubrirá, sobre todo, cuál es su destino,
nuestro destino, el final de este viaje que estamos realizando por el Cosmos a bordo de un
planeta llamado Tierra. |