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EL TIEMPO HA
CAMBIADO.
ES TIEMPO DE ACCION
TEXTO: MARILÓ HIDALGO
El calentamiento global ya no es una
amenaza a largo plazo, es una realidad. Informes de todos los lugares del mundo constatan
el hecho de que el clima ha cambiado. Grandes sequías, casquetes polares que se derriten,
lluvias ácidas, tormentas regionales, cambios en las corrientes oceánicas, riadas
incontroladas... algo está ocurriendo, algo que afecta a la fauna, la flora, los
hábitats, la economía mundial y la salud de los habitantes de este planeta. El ser
humano es el causante. Los gobiernos ya no pueden permanecer pasivos.
Calor letal. Era su
turno. La labor encomendada era difícil. Debía de ser preciso, impactante... y todo ello
dentro del tiempo asignado. La responsabilidad era grande, sus palabras serían traducidas
a varios idiomas en cuestión de segundos. Sus gestos, el tono, la mirada... deberían de
transmitir la gravedad de los hechos, se trataba de la supervivencia de su pueblo. Sus
palabras sonaron así en aquel auditorio: "El océano se traga a mi país, y no son
datos ni previsiones. La franja donde nosotros residimos se encuentra a dos metros escasos
sobre el nivel del mar. Atrás se encuentra una porción de terreno que ya ha quedado
séco y yermo, delante nos espera una riada de dimensiones apocalípticas". El era
Kinza Clodumar, presidente de Nauru una pequeña isla del Pacífico, casi desconocida. La
tribuna desde la que hablaba era la Cumbre del Clima de Kioto (Japón). Aquel mensaje no
era exagerado y sus interlocutores, que tenían todos los datos encima de la mesa lo
sabían... El calentamiento global estaba convirtiendo a los glaciares en lagunas y
estaban poniendo a miles de pobladores locales en peligro. En las míticas tierras del
Himalaya nepalí numerosos glaciares están retrocediendo, algunos hasta cien metros en
los últimos quince años. "Si los científicos están en lo cierto y el
calentamiento persiste, mi familia y mucha gente que vive en el valle seremos las primeras
víctimas", comenta Pemba Sherpa, residente de Monjo, un pueblecito que se encuentra
justo al lado del Parque Nacional de Sagarmatha, cerca del lago glaciar Imja, de alto
riesgo.
La subida de las aguas provocará en un
futuro no muy lejano éxodos masivos hacia el interior de los continentes.
Los efectos no se sufren sólo en estas latitudes.
Hace unos años, treinta y cinco islas del Pacífico y del Caribe formaron una pequeña
alianza la AOSIS (Alianza de Pequeños Estados Isleños) para hacer frente común y
formular propuestas contra la amenaza que estaban soportando. En la actualidad el problema
de la subida del nivel del agua afecta a dos tercios de la humanidad que viven en regiones
costeras. Un día puede ser una riada, una inundación o alguna lluvia torrencial, pero el
fenómeno va en aumento y los datos demuestran que en estos últimos cien años ha subido
el nivel del agua unos 25 centímetros. De seguir así el nivel de los mares se elevaría
65 centímetros por encima de la cota actual para el año 2.100. Esto produciría éxodos
masivos de personas que, añadidos a los ya existentes en el mundo por otras causas
produciría un gran caos. Ese agua del mar se adentraría en los cauces de los ríos,
alterando su curso y sus ecosistemas. Pero la cadena sigue, ya que este calentamiento
atmosférico que padecemos incrementa la tasa de evaporación marina, lo que eleva el
número y la violencia de las tormentas, tan frecuentes en nuestros veranos.
Desde la revolución industrial, nuestro
planeta se calienta artificialmente por las emisiones de gases.
La modificación del régimen de lluvias y vientos, hace disminuir en
otros lugares las precipitaciones, factor que influye negativamente en las cosechas. Sólo
con esta alteración se generarían 360 millones de nuevos hambrientos para sumar a los ya
existentes... y podríamos seguir...
En resumen, el problema era conocido de antaño. Los datos que
figuraban en los dosieres de los conferenciantes lo reflejaban bien claro. Las
temperaturas habían subido, el hielo de los polos se derretía cada vez más rápido, el
nivel de las aguas se elevaba de forma que en la actualidad las tasas actuales de
calentamiento global pasan en ocasiones los niveles de tolerancia de muchas especies y
ecosistemas, especialmente de las altas latitudes.
Numerosos glaciares están retrocediendo.
Algunos hasta 100 metros en los últimos quince años.
También esos informes dejaban bien claro que la
actividad humana era la causante de este calentamiento. Los investigadores Christopher
Flavin y Seth Dunn lo dicen muy claro en el Informe del World Watch Institute, La
situación del mundo: "Las emisiones globales de carbono -que en la atmósfera
forma dióxido de carbono (CO2), el más abundante de los gases de efecto invernadero que
genera la actividad humana- procedentes de la quema de combustibles, alcanzaron una cifra
récord de 6.200 millones de toneladas, lo que casi cuadriplicó los niveles de 1950. La
borrachera de estas emisiones después de la 2ª Guerra Mundial es un suceso planetario
que no se parece a ninguno que hayamos experimentado en época alguna anterior y trastorna
el ciclo natural del carbono en mares y bosques y eleva las concentraciones de CO2 en la
atmósfera en un 21% por encima de su nivel preindustrial: el más elevado en cualquier
época de los últimos 160.000 años".
Las tasas actuales
de calentamiento sobrepasan los niveles de tolerancia de muchas especies y ecosistemas.
La moderna sociedad consumista ha disparado el gasto de energía y la utilización de
combustibles fósiles, como el petróleo, carbón y gas y ha modificado los procesos
atmosféricos hasta influir en la temperatura de la tierra... los gobiernos del planeta
ante tanta evidencia se vieron obligados a parar sus quehaceres cotidianos y volver a
revisar el tema. Así llegamos hasta la Cumbre de Kyoto, diciembre 1997.
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¿POR QUÉ AUMENTAN LAS TEMPERATURAS?
TEXTO: J.M.LOPEZ GOMEZ, BIÓLOGO
A
estas alturas ya no hay duda de que el mayor responsable -hasta un 50%- del aumento de
temperaturas en nuestro planeta, es el dióxido de carbono (CO2). Cada año se emiten
5.000 millones de toneladas a la atmósfera procedentes de quemar combustibles fósiles:
petróleo, carbón y gas. No obstante, también hay otros culpables. Uno de ellos son los
Clorofluorocarbonos (CFC), usados en los aerosoles, espumas plásticas y sistemas de
refrigeración. Se emiten a la atmósfera en una cantidad mucho menor a la del CO2, pero
poseen una eficacia en acentuar el efecto invernadero 10.000 veces mayor. Los óxidos de
nitrógeno y el metano, ambos derivados de la acción humana, son otros compuestos que
también incrementan este fenómeno.
Las previsiones indican que el aumento de temperatura será de tres a cuatro grados a lo
largo del siglo XXI, dependiendo de si se logra o no controlar la emisión de los gases
invernadero. De todos modos, lo que ya es inevitable son sus consecuencias: los hielos de
los polos se derretirán parcial o totalmente según la zona, y el nivel de los mares
subirá entre uno y dos metros. La inundación de grandes areas costeras, y el cambio
climático serán la factura del consumo incontrolado del hombre.
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