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Chantal Mauduit no
se conformaba fácilmente con nada. Le gustaba vivir todo lo que emprendía con total
pasión y entrega, cosa que no nos debe de extrañar de una Aries con ascendente en
Sagitario, o de una Dragón según los chinos. Esta alpinista francesa de 31 años tenía
en su haber, entre otros, la conquista de tres ocho miles, Shisma Pangma, Cho-oyu y K-2.
De este último guardaba un recuerdo entrañable por varias razones: fue su primer ocho
mil, y coronó su cima en solitario y sin oxígeno. Con su conquista logró, sin
proponérselo, unos de los mejores éxitos del alpinismo femenino mundial.
"Mucha gente
sueña, pero no vive sus sueños. Una vez soñé con poder escalar en el Himalaya y hoy es
una realidad"
Chantal Mauduit (Resumen de una entrevista publicada en enero
de 1996)
-Desde muy pequeña he ido con mi familia a la montaña, bien para
hacer senderismo o bien para esquiar. A los ocho años tomé la decisión de ser
alpinista, porque eso era lo que sentía en mi interior".
-Mi pasión por la montaña hizo que poco a poco me fuera trazando
metas mayores, y fuese escalando montañas de mayor dificultad. Como me gusta viajar, me
fui a los Andes a escalar seis miles, y me lancé en parapente desde el Huascarán
(6.768m). Fue fantástico, mágico, además no tuve ninguna dificultad con la altitud y
ello me hizo plantearme que escalar en el Himalaya podía ser una realidad".
-Me considero una escaladora viajera y me siento feliz conmigo misma.
Cada persona en su vida necesita ver qué camino desea recorrer para ser feliz. Yo he
elegido éste, el de escalar en el mundo y especialmente en la alta montaña".
-Mi pasión por la montaña no debe ser considerada como política
feminista. Hoy día hay cada vez más mujeres que trabajan bien en la industria, en
política, en el deporte, etc. Todo ello se debe a la propia evolución del mundo, y es
normal que así sea".
-Yo no tenía ningún plan para subir al K-2, sólo muchas ganas. El
riesgo y la aventura son rasgos de mi carácter, por eso hice lo que hice, además de que
las circunstancias fueron así, e hicieron que coronase la cima sola".
-En cada montaña siempre se tiene una experiencia positiva e
importante, porque te aporta algo que hace que luego te sientas diferente. La montaña no
es una competición. Si ella te permite subir, subes, pero si no, no. Es necesario
comprender la naturaleza. A mí en particular me gusta mucho vivir en contacto con ella,
porque puedo comprender mejor mi alma y entro en un contacto más profundo conmigo misma,
cosa que no puedo hacer cuando estoy en la ciudad".
-Me gusta escalar en países diferentes, porque tiene el aliciente del
viaje, de conocer a gente con otras formas de pensar, no sólo escaladores sino gente de
los pueblos como por ejemplo Nepal, América del Sur, etc. Para mí todo eso es un camino
de crecimiento personal. En cada expedición mi moral nunca baja, siempre está muy
alta".
-El peligro es parte de la montaña, y será mayor o menor según sea
el escalador. En Pakistán corrí más peligro con los hombres paquistanís que escalando
el K-2, porque es un país muy peligroso, sobre todo para una mujer que viaja sola".
-Mucha gente sueña pero no vive sus sueños, porque para ellos es más
importante la estabilidad de la casa y la seguridad en la vida que conseguir sus sueños.
Estaría bien que se decidiesen a dar ese paso aunque fuese por una sola vez en la vida, o
al menos que se dispusieran a realizar algo diferente. Es una experiencia única dentro de
la naturaleza que vale la pena vivir. Si tenemos una pasión en la vida, sugiero que
tratemos de vivirla, ya que el mismo hecho de tenerla es una gran suerte".
Sebastián Alvaro. Director de "Al filo de lo
imposible"
"Coincidí en una expedición con ella y
me pareció una mujer muy valiente. Yo creo que el hecho de ser mujer hace mucho más
difícil practicar determinado tipo de aventuras que hasta hace muy poco estaban
consideradas solamente para hombres. Solamente por eso, por ser mujer, hay que ser muy
valiente. Además de eso, tenía un historial deportivo de envergadura.
Yo creo que ha tenido un accidente tonto, un poco previsible en el Himalaya. Han debido
llegar tan cansados ella y el porteador a la tienda que se han metido dentro del saco y
les ha cubierto la nieve que estaba cayendo, una nevada que ya duraba dos o tres días,
junto a un pequeño alud. No se enteraron, les cubrió completamente y murieron
asfixiados. Era una gran mujer, una gran alpinista".
Antonio Perezgrueso. Cámara del equipo de RTVE
"Al filo de lo imposible"
"El equipo de Radio Televisión Española
al Filo de lo Imposible coincidió con Chantal Mauduit en el Dhaulaguiri (8.167 m.), la
montaña donde días después perdió la vida. 
-¿Cómo fue vuestro encuentro con Chantal?
-Nosotros estábamos en el campo base del Dhaulaguiri (8.167m.) y coincidimos
allí con ella. Tenía montado su campo a unos 300 mts. de distancia del nuestro. Vino a
vernos al principio, y luego, avanzada la expedición fue a hacernos alguna otra visita,
pero no hacíamos mucha vida social.
-¿Cómo acompañó el tiempo en el transcurso de los
acontecimientos?
-El tiempo en primavera este año no ha sido nada bueno. La mayor parte de
los días que estuvimos allí, amanecían despejados, luego subían nubes del valle, hacia
mediodía quedaba cubierto y a la tarde nevaba. Chantal llegó unos días antes al campo
base. Había montado las tiendas del campo uno hacia primeros de abril (día 11) y el
campo dos un poco después. Nosotros íbamos más rezagados ya que teníamos el objetivo
de filmar la ascensión. El mal tiempo y la mala suerte coincidieron en este caso. Cuando
ella decidió subir para atacar la cumbre coincidió que hubo el período de peor tiempo.
Cuando salió hacía un día despejado, pero esa misma mañana las nubes del valle
aparecieron antes y comenzó a nevar, con un vendaval muy fuerte. Esa misma tarde se puso
peor, completamente cubierto. A partir de ese día, arriba en la montaña, no quedó nadie
excepto ella.
-¿Pudisteis poneros en contacto con ella en algún momento?
-No podíamos comunicarnos porque ella no llevaba ni radio, ni nada. Nuestra expedición y
la de los italianos -las dos que estábamos allí-, creemos que la muerte de Chantal y el
sherpa fue debido a una avalancha. El lugar donde se monta el campo dos es muy peligroso y
propenso a avalanchas.
Pasaba el tiempo y nos fuimos preocupando por ellos porque no habían bajado y con ese
tiempo tampoco podíamos subir. Sabíamos que a Chantal no se le había ocurrido subir,
porque el campo tres era aún más peligroso y situado en una zona muy expuesta al viento.
Si te pilla allí mal tiempo es un suicidio.
Cuando amainó nos organizamos con unos compañeros de otra expedición de Vitoria para
que mirasen en el campo dos y así ver si encontraban algo que nos informase sobre ella.
La tienda estaba enterrada en nieve, así que con una navaja cortaron el techo, miraron en
el interior y no encontraron nada. Días más tarde, cuando ya se había derretido algo de
nieve, un italiano se acercó a buscar en el interior de la tienda, removió un montón de
nieve que había dentro y allí encontró los dos cuerpos sin vida. A partir de ahí se
conoció la noticia, se habló con un conocido de ella en Francia, y se organizó la
evacuación de los cuerpos.
-¿Qué opinión tienes de ella?
-Me parecía una chavala muy alegre, con muchas ganas de vivir y con una idea de
la montaña bastante sana. Era una mujer muy interesante y hablaba muy bien el español.
Era la única que quedaba viva de todas las que habían subido al K-2. Ahora ya han muerto
todas, y la mayoría por accidentes de montaña, como ella. Tenía un historial de
montaña impresionante, quería subir dos ochomiles en solitario. Todo esto ha sido una
putada.
Nacho Orviz. Alpinista asturiano. Escaló junto a
Chantal el Gasherbrum II
"Nuestra relación empezó a raíz de una expedición en el Karakorum en el año 92.
Ella estaba haciendo el K2 y yo estaba en el Broad Peak. Allí nos conocimos. A través de
las radios, de los walkie-talkies, hablábamos y nos dábamos ánimos. Luego nos conocimos
en persona, y al cabo de año y pico me invitó a ir a una expedición con ella. Esa fue
precisamente la puerta que me abrió a mí la posibilidad de moverme en esas montañas.
Chantal era una persona que vivía su filosofía particular de la montaña, de las gentes,
de los sitios adonde iba. Subir a determinadas montañas era la forma de fundirse con ese
mundo, con esas gentes y con esas montañas. Es una filosofía de vida. La montaña no se
puede definir estrictamente como un deporte, tiene una parte espiritual bastante
importante.
Chantal tenía muchas ganas de vivir, de recrearse en la naturaleza, de estar en contacto
con otras culturas, con gente sumida en muchos problemas, miserias, muchos achaques y
muchas carencias. Se volcaba mucho en todas estas causas, por ejemplo en el tema del Tibet
y los refugiados tibetanos, precisamente porque eran los habitantes de esas montañas que
tanto le gustaban a ella.
Hay muy pocas mujeres que hagan este tipo de actividades. En el himalayismo se cuentan
prácticamente con los dedos de la mano, sobre todo en el estilo en que ella acometía
estas montañas.
Está claro que este tipo de montañas tienen siempre una serie de riesgos que están ahí
permanentemente, y que a veces son imprevisibles. Ella sabía el riesgo que corría, como
toda la gente que hace cualquier tipo de actividad... pero nadie está pensando eso nunca.
Vives porque es tu forma de vivir, te llena, es tu mundo.
Murió donde quería morir.
Joan Quintana. Alpinista catalán
"En Francia Chantal Mauduit era una persona muy conocida. Era una chica muy vital,
con unas ideas muy claras sobre la montaña.
Era fisioterapeuta, pero lo tenía bastante aparcado para poder realizar su ilusión, que
era subir montañas altas. Yo diría que era una deportista de alto nivel, una apasionada
de las altas cumbres y de los grandes espacios. Su trayectoria era increíble.
Yo la veía como una persona un tanto hippie, una chica a la que le daba un poco igual el
tipo de calidad de vida que tuviese que vivir con tal de conseguir sus objetivos. Una
mujer que sube al K2 y que asciende sola el último tramo, una mujer que no subió al
Everest porque no quiso chupar oxígeno, está claro que tiene una filosofía de alpinismo
de un nivel alto.
Creo que es una gran pérdida no sólo para el alpinismo femenino sino para el alpinismo
en general, y ya no tanto por la gran calidad alpinística que tenía, sino por la
cordialidad de la persona que hemos perdido". |