¡¡Atención!!: Esta receta es afrodisíaca. El
autor de la misma no se responsabiliza de los efectos secundarios que
pueda ocasionar sobre el organismo de quien la digiera. Que lo sepáis.
Me la ha contado un viejecito
(como soy daltónico no sé si era verde del todo). Es el abuelo de Ángel Pepe, un
compañero de la revista. El tema empezó cuando leía un libro de sexo y le preguntó:
-Oye abuelo, ¿qué estás leyendo?
-Un libro de historia- dice el viejito.
-¿De historia? Pero si el libro es de sexo...
-Bueno, es que el sexo para mí ya es historia.
Y así empezamos a hablar de
los problemas del sexo... Nos comentaba de una chica que se había presentado en la
comisaría:
-¡Oiga!, ¡oiga! Me acaba de violar un funcionario.
-¿Cómo sabe usted que era un funcionario?
-Pues porque lo he tenido que hacer yo todo.
Empecemos la receta colocando
una loncha de jamón dulce y otra de queso sobre una chuleta, y cubriéndolo todo a modo
de bocadillo con la segunda chuleta.
Hablamos de cómo empieza a degenerar la
preocupación por el otro en el matrimonio:
-Manolo, estamos casados desde hace 46 años y hasta ahora no me has
comprado ni un vestido...
-Querida, nunca supe que vendías ropa!!!
O con otro tipo de
problemas... En plena calle dos hombres se están peleando. Junto a ellos un niño
gritaba:
-¡Papá, papaíto! ¡No te pelees!
Llegó un policía y preguntó al niño:
-¿Cuál de los dos es tu papá, muchacho?
-No sé, señor. Por eso se están peleando.
Añadir al pan rallado el ajo
picado. Rebozar los "bocadillos" en el huevo batido y a continuación pasarlos
por el pan rallado. Freír en la mantequilla fundida, por ambas caras, hasta que estén
bien dorados.
Y es que para ser padre o madre, hay que valer:
-Señora -dijo el pediatra a la joven mamá-, no deje usted que el niño se acostumbre a
los brazos.
-¡Ay, doctor! -repuso la madre-. Es que no tengo corazón para cortárselos.