Empezamos poniendo en un cazo
la leche con el chocolate partido en trozos. Se pone a fuego suave hasta que el chocolate
esté derretido.
Aunque la farmacia de mi pueblo está llena de anécdotas... No hace mucho
entró un vecino y dijo:
- "Vivaporú".
- ¡Viva!, ¡viva! - respondieron todos los que allí estaban.
Se separa del fuego y se
incorpora en trozos la mantequilla. En un tazón se mezclan las yemas con el azúcar,
moviendo bien, hasta que quede espumoso. Se añade el chocolate. Se revuelve bien para
mezclar todo y para ir enfriando la crema.
Pero la sanidad en mi pueblo no está mal solamente en la farmacia, el
médico que tenemos le dijo a Manolo:
- Dr. tengo los dientes muy amarillos, ¿qué me recomienda?
- Corbata marrón.
Se baten las claras a punto de
nieve muy firme con un pellizquito de sal.
El que es famoso en el pueblo es el hermano de Manolo. Es un águila el
chico, no se le escapa nada, me acuerdo cuando fue soldado y se cruzó en el cuartel con
otro militar:
- Paasa...
- Pero, ¿es que no sabes saludar?
- Anda, y ¿pa qué tantos miramientos?
- ¿Es que no has visto los galones?
- ¡Ah, perdón!, pensé que era el de la citroën.
Una vez fría la crema de
chocolate, se incorporan las claras muy suavemente, pero cuidando que la mezcla adquiera
un tono muy uniforme. Se pone la mousse en una ensaladera de cristal o en varios
cacharritos (o copas bajas de champán) y se mete en la nevera por lo menos una hora antes
de servir. Se puede adornar con un poco de nata o con guindas.
Bueno, os dejo hasta el
siguiente mes con una anécdota del hermano de Manolo, que al fin le contrataron el otro
día. El jefe le regañó por llegar tarde el primer día de trabajo:
- López, debería haber estado aquí a las nueve.
- ¿Por qué?, ¿qué pasó?, ¿me he perdido algo divertido?-/ El Cuñao