¿Para qué complicarse la vida con I+D+i, pudiendo echar mano de unos borricos, que hacen su trabajo de maravilla? ¿Quién quiere estudios de producción, optimización de recursos, inversión en nuevas tecnologías, modernización del transporte de mercancías?
Es lo que tiene internet, que vale para todo. Ultimamente asistimos a las pujas más extrañas y rocambolescas que podamos imaginar. Y claro, la gente se anima. Pero en este caso la cosa no ha terminado como el subastador esperaba.