Lo último en Internacional
- Las 'sanciones económicas' o la guerra de cuello blanco
- El Brexit redistribuye las cartas de la geopolítica mundial
- El Brexit y la implosión de la UE
- 'Los papeles de Panamá'
- El móvil de los atentados de París y Bruselas
- Las redes sociales blindarán conversaciones para que no puedan ser interceptadas.
Comentarios
- Energía solar. Eduardo Lorenzo, científico e inves...
2x BITCOIN: Wanna Double Your BTC to the Moon? A section of the Moon BITCOIN Liv... Leer - Correa (Gürtel), la tumba política de Rajoy
confusión esa absurda división maniqueista entre izquierdas y derechas, formacio... Leer - Las 'sanciones económicas' o la guerra de cuello b...
Hello. And Bye. Leer - ¿Por qué interesan las energías renovables?
Gracias a las renovables, todo el mundo podría tener energía a coste simbólico (... Leer - ¿Cómo se crea el dinero y quién se encarga de ello...
Como pueden jugar con la gente ahora somos esclavos del sistema financiero mundi... Leer
.
Conéctate
Quién está en línea
Tenemos 107 lectores conectadosNuestros derechos contra su legalidad |
Christine Lagarde, directora del FMI, defiende los recortes sociales en España e Italia. No es nuevo. Lo indignante es que elogia a sus gobiernos porque han "reestructurado sus mercados laborales a pesar de intrincados intereses y férreas tendencias culturales".
Tiene la desfachatez de llamar "férreas tendencias culturales" a los derechos de la ciudadanía.![]() Para rematar tal miserable despropósito, dice Lagarde que la economía mundial es "adicta" a los años de bienestar y se ha de "desenganchar" con decisiones correctas en medidas estructurales. Con contrarreformas. Pretende que el intento de justicia, de cierta distribución de riqueza, mal llamado estado de bienestar, es una "adicción". Para Lagarde cobrar una pensión, por ejemplo, es como esnifar cocaína o chutarse heroína. Hace 4.000 años alguien grabó un criptograma en Egipto que decía "he hecho al hombre igual a su prójimo y no he ordenado que los hombres cometan injusticia". Religiosidad aparte, tal vez el primer texto en la lucha por la justicia, por el imperio de los derechos humanos. Desde entonces se ha recorrido un largo camino, difícil, lento, doloroso y lleno de contradicciones. Hasta 1948. El 10 de diciembre, la Asamblea General de la recién creada ONU aprobaba sin ningún voto en contra la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una Declaración que no son solo principios, sino fuente de derecho internacional, que se ha desarrollado desde entonces y, como ley, obliga. La legitimidad ciudadana es tan plena que le permite enfrentarse a la ilegítima legalidad de la minoría y sus cómplices.Más aún, todas las constituciones de los países de la Unión Europea recogen esos derechos sin excepciones. Por ejemplo, recogen el contenido del artículo 25 de la Declaración que proclama la "adicción", según Lagarde, del derecho a una pensión que asegure un nivel de vida adecuado. Viene a cuento, porque las pensiones públicas son hoy objeto de un descomunal ataque por parte de la minoría rica de la que Lagarde forma parte. Una minoría que no quiere que haya dinero público para pensiones también públicas, pues pretenden sustituir el sistema público por otro de pensiones privadas. Para especular. En el reino de España las pensiones públicas suponen 117.000 millones de euros anuales. Y quieren apropiarse (indebidamente) de ese pastel. Y puesto que es cuestión de codicia y saqueo, no cabe entrar en el falso debate de la sostenibilidad de las pensiones públicas. Aportemos datos y hechos que demuestren que la insostenibilidad de las pensiones públicas es un cuento chino. Pero no caigamos en la trampa de debatir si habrá bastantes ocupados para paga pensiones de jubilados. Un planteamiento falaz, tramposo y estúpido. Hay que proclamar sin resquicio de duda que cobrar una pensión es un derecho, no sujeto a presuntos debates técnicos. Como no es admisible someter a debate el derecho a la vida, a no sufrir tortura o a no ser sometido a esclavitud. Porque todos los derechos son igualmente respetables. El derecho se respeta, se satisface y no hay cuestión técnica ni pretexto de sostenibilidad que valga. Sobre todo cuando hay dinero más que suficiente. Lo hay, pero se lo quedan ilegítimamente unos pocos. Solo hay que recuperar la fiscalidad anterior a los años ochenta, cuando quienes más tienen y atesoran pagaban más impuestos. Impuestos justos. La cuestión no es si las pensiones son sostenibles, como tampoco si es sostenible la sanidad y educación públicas. La cuestión es si la minoría rica continuará con su latrocinio descarado por medio de gobiernos desleales a su servicio que esgrimen la crisis y la deuda como pretexto. Por su parte, la ciudadanía se ha de convencer del todo de que su postura, su lucha, es por los derechos que le arrebatan. Y los derechos se consiguen y se respetan, no se debaten. La legitimidad ciudadana es tan plena que le permite enfrentarse a la ilegítima legalidad de la minoría y sus cómplices. Y sobre bondad y exigencia del respeto de la legalidad, cabe recordar que hay diversas legalidades. Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Pinochet, Videla... establecieron legalidades, por supuesto. Pero no eran respetables. La ciudadanía parte de la más indiscutible legitimidad contra la estafa y el saqueo: sus derechos. Y, cuando el miedo cambie de bando, convertirá su legitimidad en legalidad. En un país, un continente, un mundo más decente y justo. Una legalidad digna de ser respetada. Δ Xavier Caño, periodista y escritor. http://xacata.wordpress.com/
|
No se permiten comentarios subidos de tono.
No se permiten comentarios que hagan alusión a contenido adulto.
No se permiten comentarios que insulten o agredan verbalmente a cualquier otro usuario, persona o empresa, escritos de forma incorrecta, en mayúsculas, sin tildes o al estilo SMS.
Los comentarios deberán hacerse en el lugar apropiado y tratando el tema adecuado.
Todos los comentarios que no cumplan estos requisitos serán directamente eliminados.