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Tenemos 161 lectores conectadosLas elecciones generales desde el 15-M |
Las elecciones generales desde el 15-M
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![]() El 15-M va a disponer, en otras palabras, de una nueva oportunidad para lanzar sus dardos críticos ante lo que significa, por encima de todo, la aparente confrontación que protagonizan los dos grandes partidos. Si ésa es la cara positiva de lo que se acerca, ¿no hay motivos para recelar, sin embargo, de lo que para el 15-M supone la convocatoria electoral del 20 de noviembre? Hay como poco uno, singularmente inquietante: el riesgo de que al amparo de aquélla proliferen, en el movimiento, las divisiones internas y se abran heridas en caso de que la discusión correspondiente no se administre de manera inteligente. Porque hay que partir de un hecho fácilmente certificable: dentro del 15-M son muy variadas las lecturas en lo que se refiere a lo que debe hacerse con ocasión de las elecciones generales. Mientras unos defienden fórmulas de abstención activa, hay quien se inclina por postular el voto en blanco o el voto nulo, no falta quien señala que lo suyo es respaldar a opciones políticas concretas y, en suma, menudean quienes se contentan con demandar que no se apoye a ninguno de los dos grandes partidos. El 15-M va a disponer de una nueva oportunidad para lanzar sus dardos críticos ante la aparente confrontación que protagonizan los dos grandes partidos.Bien está que dentro del movimiento se debatan esas diferentes opciones. Pero conviene mantener a aquél lejos de cualquier voluntad de pronunciarse expresamente por alguna de ellas (horizonte que, por lo demás, y habida cuenta de la disparidad de posiciones, parece poco hacedero, sean cuales sean las formas de toma de decisiones que se apliquen). Esto al margen, lo saludable es que el 15-M no se convierta en un teatro de difusión de los mensajes de unos y otros, tanto más cuanto que la trifulca correspondiente se antoja un escenario muy propicio para infiltraciones desde el exterior. Salta a la vista que nos debe importar más, mucho más, el movimiento que las elecciones que el sistema nos regala. Algo hay que decir, con todo, de lo que sucede del otro lado del espejo, del lado de los partidos. Es lógico que éstos, o algunos de éstos, intenten chupar imagen del movimiento. A veces ocurre, sin embargo, que lo lógico se convierte en una fuente de abrasiva manipulación. Me limitaré a recordar al respecto que entre quienes concurren a las elecciones del 20 de noviembre hay un puñado de candidaturas que estarían reclamando para sí una legitimidad que nacería de su presunta vinculación con el 15-M. Me atrevo a adelantar que en la mayoría de los casos lo son de personas que de ![]() La lógica de los partidos es inequívocamente diferente de la del movimiento 15-M.Me veo obligado a señalar, por lo demás, que la lógica de los partidos es inequívocamente diferente de la del movimiento: no hay partidos asamblearios que en su vida cotidiana den rienda suelta a la autogestión, la democracia directa y el cuestionamiento activo de los liderazgos. O al menos no los hay entre quienes concurren a unas elecciones que reclaman la delegación de la capacidad de decisión en unos pocos, y ello por mucho que semejante tensión se intente corregir con unas u otras medidas. Entiéndase bien lo que quiero decir: no es ahora mi propósito contestar lo que significan los partidos que están, o se declaran, próximos al movimiento. Me contento con señalar que son otra cosa muy diferente. Las elecciones no configuran el futuro del movimiento del 15 de mayo. Otorguémosles un relieve limitado. Aprovechémoslas para señalar muchas de las miserias del orden existente, respetemos a quienes lo merecen y, sin más, dejémoslas pasar. Que nos queda mucho trabajo. Δ Carlos Taibo es profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. www.carlostaibo.com
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Comentarios
En ese proyecto vital de defensa de la Tierra frente a la agresión sistemática del terrorismo de las multinacionales y los mercado financieros, caben sin dogmatismos sin clichés ni sectarismos excluyentes, todos los hijos cultos y sensibles, nobles y sencillos de la Tierra, todos los ciudadanos que estén dispuestos a SER lo que son, por encima y al margen de las siglas de los partidos partidistas y de los colores de sus banderas, sean estas verdes, naranja o amarillas, negras o blancas, rojas o azules, lilas o multicolores.
Y despues del 15 M será la hora de todos los INDIGNADOS/AS, los jovenes y los viejos que dejan la reserva y bajan por las sendas de la RED de sus cuarteles de invierno con el ASTA bien afilada, los que contra Franco y el Nacional-Catolicismo supieron luchar, y hoy, pese a los años, lucharán mejor.
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