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Tenemos 188 lectores conectadosSrs. Obispos... ¿De qué coño van? |
Srs. Obispos... ¿De qué coño van?
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La última salida de tono de estos señores de negro, y perdón por lo de señores, es una ofensa a la libertad, a la dignidad, a la inteligencia y a la democracia. Como todo el mundo, los obispos tienen todo el derecho a opinar, a expresar su punto de vista sobre el aborto o sobre lo que sea, pero no tienen ningún derecho a amenazar a las mujeres, a los médicos y a los diputados que voten a favor de la Ley del aborto. Y mucho menos a fomentar el incumplimiento de una Ley que sale de un Parlamento que representa a todos los españoles.Como todo el mundo, los obispos tienen todo el derecho a opinar, a expresar su punto de vista sobre el aborto o sobre lo que sea, pero no tienen ningún derecho a amenazar a las mujeres, a los médicos y a los diputados que voten a favor de la Ley del aborto. Eso, si no es un delito grave se le parece mucho. Claro que ellos no entienden el respeto que hay que tener a un parlamento democrático porque su Estado, el Vaticano, es una dictadura, la única que sobrevive a los tiempos y a la evolución de la especie humana. Volviendo a las amenazas ¿quiénes se creen que son? ¿De verdad se creen lo que dicen? ¿De verdad se creen que pueden intimidar a alguien con la excomunión? La última vez que yo comulgué, y también bajo amenazas, fue en mi primera comunión. Desde entonces, alejado de la oscuridad de la Iglesia, he aprendido a amar, a respetar a los demás y a practicar la humildad de quien sabe que no sabe nada. Gracias a ello, mi mente puede discernir, al menos un poco, lo que es luminoso y lo que es oscuro, lo que es parte de la vida y lo que lleva en su interior el sello de la muerte. Uds. Sres. Obispos, son oscuros. Llevan una gran cruz colgando de su pecho como una condecoración por haber crucificado a Cristo, y lo siguen haciendo cada día de su mísera existencia. Uds. repudian a las mujeres, son un peligro para los niños, viven obsesionados con el poder y desde sus mansiones y palacios de oro ven cómo se vacían sus templos y sus seminarios. Si Cristo estuviera de su parte, sus miradas serían limpias, sus palabras serían sabias y, como El, estarían al lado de los que sufren, no de los que generan el sufrimiento. Son Uds. unos impostores, pero su tiempo se acaba. Y lo saben. No nos amenacen, porque no tienen autoridad ni derecho para hacerlo, porque su ejemplo es vergonzoso y porque el verdadero Dios, no el suyo, sino el de Cristo, ama y comprende a sus hijos. Y sobre todo les perdona de antemano, porque les conoce profundamente. Retírense a sus cuevas de oro a esperar su juicio final y déjennos en paz. Y al gobierno de España pedirle por favor que nos libere ya de estos enfermos, que les ponga en su sitio de una vez. Es su deber y es nuestro derecho. Δ
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Comentarios
Si la Conferencia Episcopal no está de acuerdo con esta ley o con otras, les aconsejo que se conviertan en partido político y compitan en elecciones con un programa de acuerdo a sus ideas, para que quien esté de acuerdo, le vote. Pero que no traspasen la línea que separa la democracia del fundamentalismo. A día de hoy, las leyes las aprueba el Parlamento, es decir, nosotros a través de nuestros representantes. Lo siento mucho señores...
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