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¿Qué futuro nos espera?
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![]() Estimo que actualmente nos enfrentamos a esta clase de fenómeno. Nuestro paradigma civilizacional, elaborado en Occidente y difundido por todo el globo, está haciendo agua por todas partes. Los desafíos (challenges) globales son de tal gravedad, especialmente los de naturaleza ecológica, energética, alimentaria y poblacional, que estamos perdiendo la capacidad de darles una respuesta colectiva e incluyente. Este tipo de civilización se va a disolver. “La humanidad, si no quiere autodestruirse, deberá elaborar un contrato social mundial con creación de instancias de gobernabilidad global y una gestión colectiva de los escasos recursos de la naturaleza”. ¿Qué viene después? Solo hay conjeturas. El conocido historiador Eric Hobsbawn vaticina: o adoptamos otro paradigma o vamos al encuentro de la oscuridad. Quiero detenerme en los pronósticos de Jacques Attali, economista, ex-asesor de F. Mitterand y pensador francés, en su libro Une brève histoire de l’avenir (2006), pues me parecen verosímiles, aunque dramáticos. El pinta tres escenarios probables que resumo brevemente. El primero es el del superimperio. Se trata de Estados Unidos y de sus aliados. Ellos confieren un rostro occidental a la globalización y le imprimen la dirección que atiende a sus intereses. Su fuerza es de todo tipo, pero principalmente militar: puede exterminar a toda la especie humana. Pero está decadente, con muchas contradicciones internas que se muestran en la inexorable depreciación del dólar. El segundo es el superconflicto. Es lo que sigue a la quiebra del orden imperial. Se entra en un proceso colectivo de caos (no necesariamente generativo). La globalización continúa pero predomina la balcanización con dominios regionales que pueden generar conflictos de gran poder devastador. La anomia internacional abre espacio para que surjan grupos de piratas y corsarios que cruzarán los aires y los océanos, saqueando grandes empresas y gestando un clima de inseguridad global. Estas fuerzas pueden tener acceso a armas de destrucción masiva y, en el límite, amenazar a la especie humana. Esta situación extrema clama por una solución también extrema. El tercer escenario es la superdemocracia. La humanidad, si no quiere autodestruirse, deberá elaborar un contrato social mundial con creación de instancias de gobernabilidad global y una gestión colectiva de los escasos recursos de la naturaleza. Si triunfara, se inauguraría una nueva etapa de la civilización humana, posiblemente con menor conflictividad y más cooperación. Sólo nos queda rezar para que este último escenario sea el que suceda. Leonardo Boff. Teólogo de la Liberación - www.leonardoboff.com
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