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Los Medios de Comunicación y el negocio de la guerra
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Estalla un conflicto en algún lugar del planeta. A continuación los medios de comunicación de todo el mundo muestran su rechazo, y nos hacen llegar las primeras imágenes de la tragedia. A partir de ese momento empieza para muchos medios un lucrativo negocio que se apoyará en un doble discurso: uno dirigido hacia el ciudadano y otro hacia los señores de la guerra. Conozcamos algunas de las armas que utilizan. ¿Cómo se vende una guerra?
Analizan la noticia que saltó a las páginas de los periódicos de todo el mundo y también las “piezas” que no tenían encaje en aquella versión. En “Vender la guerra” se explica en sólo veintitrés minutos cómo se crea esta campaña previamente pagada por una ONG llamada “Ciudadanos por un Kuwait Libre” con diez millones de dólares y elaborada por una empresa de publicidad norteamericana. En el documental aparece el ejecutivo de la empresa y dice ante la cámara que como la ciudadanía de EEUU no reaccionaba se preguntaron: '¿Qué podemos hacer para convencerles de la necesidad de una intervención?. Había que hacerles ver que Sadam era un loco peligroso al que había que parar'. Casi sin inmutarse explica cómo se les ocurrió el montaje de las incubadoras y cómo llevan como testigo estrella a una adolescente a la que aleccionaron debidamente y que resultó ser la hija del embajador de Kuwait en EEUU -algo que desconocían los congresistas-. Este es uno de los ejemplos -muy bien documentados- que recoge el periodista Pascual Serrano en su libro “Medios violentos”. Todos ellos le sirven de base para explicar cómo se prepara mediáticamente el terreno para justificar una guerra. “Convencer a la ciudadanía de un país no debería ser tarea fácil. Para hacerlo, sin duda ayuda que los ejércitos no estén formados mediante reclutamiento forzoso y sean soldados profesionales y remunerados. Pero la política de comunicación, los razonamientos con los que se justifique la intervención y el grado de disposición a la causa que presenten los medios es fundamental. Todo ello requiere un período progresivo de trabajo ideológico previo al primer disparo”. “Sabía que ellos no nos llevaban a un determinado sitio para que diésemos una información objetiva, sino para utilizarnos como medio de propaganda.” (Mercedes Gallego, periodista “empotrada” en la guerra de Iraq). En efecto, dicen que una guerra no empieza con la primera bala sino mucho antes, en la mente de las personas. Por eso es ahí donde justamente los medios afines trabajan sin descanso. ¿Cómo? Omitiendo informaciones relevantes para comprender un conflicto, ocultando datos, señalando rápidamente el enemigo a perseguir e incluso caricaturizándolo. Más tarde, una vez que estalla el conflicto, llegan los “empotrados”, periodistas incorporados en convoys militares dispuestos a informar de todo lo que acontece en primera línea de fuego. Por supuesto, desde la perspectiva del bando que les protege la vida. La periodista española Mercedes Gallego, corresponsal del Grupo Correo, estuvo “empotrada” durante cinco semanas en la Primera División de Marines de la guerra de Iraq. “Sabía que ellos no nos llevaban a un determinado sitio para que diésemos la información más objetiva posible, sino para utilizarnos como medio de propaganda. Creo que es una tentación en la que hubiera caído cualquier ejército. Pero en cada uno está el ser crítico con la información que recibe, tomarla con pinzas, no darle toda la credibilidad que ellos piden, y no dejarse utilizar. Había muchos días en que el General venía a contarnos una historia que yo escuchaba atentamente. Hacía preguntas, tomaba notas, y luego a lo mejor no tenía nada que ver con lo que posteriormente escribía. Él me vendía su película, pero ésa no era la película que yo quería contar. Así que tomaba de ahí lo que me interesaba y a veces eso me daba pistas para 'rascar' otro tipo de información y poder completar un poco el puzzle. Cada vez que tenía oportunidad de hablar con civiles les preguntaba por las situaciones que nos habían descrito los militares y utilizaba mi propio sentido crítico. Si el General por ejemplo nos quería vender lo buenos que habían sido sus hombres atendiendo a los heridos civiles que se encontraban, yo me preguntaba quién había herido a esas personas. Normalmente resultaba que habían sido ellos mismos”. ¿Qué ganan los medios?La violencia vende. Como dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos, desde los principios de la civilización en casi todas las culturas, el hombre ha sentido fascinación por los relatos y escenas de violencia. Si a ello añadimos que detrás de un medio de comunicación hay un grupo empresarial que vende productos, tendremos la palabra “negocio”. La mercancía es la noticia que consume una audiencia, que proporciona una publicidad que a su vez genera pingües ingresos. Pero además obtienen otro valor añadido muy importante a medio y largo plazo: crear opinión pública, calar en las mentes de las personas, conseguir “consumidores”. “Las empresas de comunicación se han convertido en grandes holdings empresariales. Sus intereses no están relacionados con la información sino con la rentabilidad”. (Pascual Serrano). Por otro lado, el apoyo mediático a un gobierno en estos temas, también puede traducirse en otro tipo de beneficios como publicidad institucional, licencias de emisión, mejor régimen fiscal, o hasta la posibilidad de conseguir una legislación beneficiosa a los fines expansionistas de la empresa en cuestión. Todo es dinero. ¿Cómo lo hacen?
"EEUU es el único país de la historia de nuestro planeta que ha llegado a invadir a otro del que tres días antes ni siquiera había oído hablar ni su presidente”. (Moncho Tamames, periodista).Pero hay más fórmulas para vender conflictos. Por ejemplo conseguir que sólo sea noticia una determinada imagen. O dicho de otro modo y como contrapartida, si hay una noticia que no tiene imagen no existe. “Mi experiencia en Telesur, nos comenta el periodista Pascual Serrano, me permitió comprobar la tragedia de intentar informar en televisión de acontecimientos que los grandes medios ignoraban. Mientras que en Internet podíamos informar de forma instantánea por ejemplo, del asesinato de un defensor de derechos humanos en Colombia, en televisión esta información era expulsada de la parrilla porque no disponíamos de imágenes para ilustrarlo. Recuerdo una charla con un grupo de fotógrafos en unas jornadas de fotoperiodismo en Barcelona, en la que me comentaron que para ellos no era económicamente viable cubrir conflictos como free-lance; siempre eran enviados por algún medio. Es decir, las fotografías que hacían reflejaban la realidad que los directivos de los medios habían considerado merecedoras de cobertura. Como resultado, sólo llegan hasta nosotros los muertos del conflicto y bando que quieren que conozcamos, por muy honestos que los fotógrafos o cámaras quieran ser en su trabajo”. Como denuncian periódicamente las ONG y grupos de defensa de derechos humanos, existe un listado de “conflictos olvidados” sin espacio en los medios de comunicación. Más de la mitad ocurren en África. Cada año Médicos sin Fronteras lo denuncia en su informe anual. “Día a día, los periódicos nos recuerdan grandes conflictos humanitarios: las guerras en las que participan las grandes potencias, o las luchas en lugares sensibles del planeta. Pero hay lugares que viven en permanente guerra y amenazas constantes para el ser humano a las que los medios de comunicación no prestan atención”, dice el informe. ¿Quienes son los malos?Depende. Van cambiando con los tiempos y EEUU sigue siendo el ejemplo que mejor lo ilustra. “Primero fueron los pieles rojas -recuerda Tamames-, luego surge el miedo a los negros, la “amenaza nipona”, la “amenaza soviética”, la “amenaza cubana”, la “amenaza china”, el “eje del mal”, el “terrorismo internacional” y cuando la India se convierta definitivamente en nueva potencia económica se convertirá también en amenaza. También está la amenaza nuclear de Pakistán e Irán, a los que han aprovechado para imponer altas sanciones económicas. ¿Qué vendrá después? La maquinaria de propaganda que tienen en marcha junto con el fundamentalismo de sus dirigentes, ha creado una línea ideológica del bien y del mal y demoniza al resto del planeta. Así han conseguido dividir el mundo y generar odio entre los pueblos, destruyendo la convivencia”, una fórmula que han conseguido exportar al resto del mundo. “La maquinaria de propaganda de EEUU, junto con el fundamentalismo de sus dirigentes, ha creado una línea ideológica del bien y del mal, y demoniza al resto del planeta”. (M. Tamames) “En este momento -advierte Pascual Serrano-, acaban de decidir que Hugo Chávez es terrorista porque dicen que aparece en los ordenadores de Raúl Reyes. Hace un tiempo decían que era dictador pero como ganaba elecciones, no coló. Luego dijeron que era un peligro para la región porque compraba muchas armas. Pero al final Chávez no ha pegado un sólo tiro mientras que Colombia sí y no se ha dicho nada. Iraq sigue estando en la lista negra, así como Cuba o Corea. El caso de Gadafi es revelador. Antes era un terrorista y un peligro para la humanidad, pero desde que empezó a comprar armas a Francia y otros países occidentales y bajó su discurso antiimperialista, ya no molesta, cuando en el fondo sigue siendo el mismo que era antes. El eje del mal sólo contempla coyunturas estratégicas o geopolíticas que interesan a los poderosos, no justicia social ni defensa de derechos humanos”. § Aprender a informarse.Después de todo lo expuesto hasta aquí nos preguntamos cómo aprender a leer la información, cómo ser críticos con lo que llega hasta nosotros. El autor de “Medios violentos”, Pascual Serrano, recomienda primero “desconfiar” de lo que nos llega envuelto en papel de regalo, en grandes titulares y con imágenes impactantes. Luego nos da algunas pistas muy interesantes.
“La primera reacción que debe generar el hecho comunicativo de masas en el individo es la desconfianza”. (P. Serrano) ¿Otro periodismo es posible?
Quinto Poder
Para contrarrestar la distorsión de los medios de comunicación, el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet (*) propuso hace algún tiempo la creación de un quinto poder “para recuperar un espacio de lo público como eje de la labor que hoy cumple el periodismo”. El que antes se denominaba “cuarto poder” hoy se ha convertido en instrumento de los grupos económicos planetarios, por ello Ramonet propone la creación de un Observatorio Internacional de Medios de Comunicación, propuesta realizada en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Su fuerza es básicamente moral: cuestiona y reprende a los medios basándose en la ética y sanciona las faltas de honestidad mediática a través de informes, investigaciones y estudios que elabora periódicamente y distribuye. No sanciona, pero sus informes crean dudas sobre la credibilidad de un determinado medio y le ofrecen la oportunidad de corregirse. Además pueden funcionar como asesores de un determinado medio. Existen ya varios observatorios de este tipo funcionando en algunos países y en ellos se reúnen: periodistas profesionales de distintos medios, universitarios e investigadores de todas las disciplinas -especialmente relacionados con la comunicación- y usuarios, ciudadanos de a pie y personalidades reconocidas a nivel social. “Los globalizadores han declarado que el siglo XXI sería el de las empresas globales; desde el Observatorio afirmamos que será el siglo en el que la comunicación y la información pertenecerán finalmente a todos los ciudadanos”. *Ignacio Ramonet es fundador de Media Watch Global (Observatorio Internacional de Medios). Periodismo premonitorio
“Nos hemos acostumbrado a un periodismo de guerra que sólo busca impresionar al público con las imágenes pero que es incapaz de explicarle nada -reflexiona Alberto Piris General de Artillería en la Reserva y analista del Centro de Investigación para la Paz-. Se hace obligado pensar en la ineludible conveniencia de que vaya emergiendo otro periodismo, el llamado periodismo premonitorio. Un tipo de periodismo capaz de informar desde países donde no pasa nada. Su propósito esencial es ejercer de vigía, es decir, funcionar de modo preventivo, no llegar a los conflictos como hace la prensa, como los bomberos o ambulancias. Habría que aunar esfuerzos para desentrañar hoy los antecedentes de lo que mañana será una guerra evitable. Poder explicar las situaciones conflictivas con claridad antes de que las balas empiecen a silbar. Habría que penetrar allí donde los conflictos están todavía latentes, donde no han sido aún manipulados por gobernantes sin escrúpulos y revelar a todo el mundo las situaciones complejas cuando todavía pueden tener solución. Se necesita un periodismo que complemente y con el tiempo sustituya al habitual. Se requiere un periodismo que permita comprender los orígenes de las crisis, situarlas en su verdadero ámbito y extender a la opinión pública la idea de que todas pueden ser controladas antes de que exploten si se les dedica la atención y medios necesarios”. (Centro de Colaboraciones Solidarias) Dar la Voz a los sin voz“En las universidades y en los grandes eventos de comunicación se habla mucho de imparcialidad, independencia y objetividad del periodismo -reflexiona el periodista Pascual Serrano, editor del digital rebelion.org-. La realidad es que la información es una guerra entre modelos sociales; entre apologetas de un mundo desigual, injusto, mandado por auténticos terroristas que imponen a sangre y fuego un modelo económico que condena a muerte cada día a miles de personas en todo el mundo y también a los que apostamos por estar al servicio de los grupos, movimientos e intelectuales que todos los días se juegan la vida por defender otro modelo de mundo posible. No pretendo convertir el periodismo en un panfleto pero es necesario decir bien alta la verdad y la voz de los sin voz condenados al ostracismo por un modelo de comunicación al servicio del mercado. Creo que esta profesión noble y vocacional ha sido convertida en miserable por los dueños de las empresas que nos obligan a trabajar al dictado de sus intereses. Debemos de recuperar la dignidad y servir a la comunidad, a la justicia social, a la soberanía de los pueblos y las libertades. No será periodismo si no se vive así. Es necesario que todo periodista ponga al servicio de esos ideales sus conocimientos y su trabajo. Movimientos sociales, organizaciones comunitarias y precarios medios alternativos necesitan a profesionales comprometidos con otro modelo de periodismo, humanista, social, que apueste por otro orden social más justo. No se trata de militancia, se trata de tomar partido por los pobres, los sin voz, los indígenas, los trabajadores, los humillados, los olvidados, los que sufren, los que resisten, los que luchan, los que....” § Pascual Serrano. Periodista.Este periodista colabora habitualmente en una decena de publicaciones latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional. Es editor del diario alternativo Rebelión (www.rebelion.org) y ha conseguido el Primer Premio del Concurso Internacional de Ensayo “Pensar a contracorriente” por su trabajo “Violencia y medios de comunicación”, hoy convertido en el libro “Medios Violentos".
-Quieres demostrar cómo detrás de ese papel pacifista y condenatorio de los medios, muchas veces se esconden grandes aliados de las guerras. ¿Cómo llevan a cabo ese doble discurso? “El lobby creado en torno a la reconstrucción de lugares asolados por las guerras, se enriquece directamente de todos los conflictos generados por EEUU” -Entonces lo que nos venden como periodismo de investigación, ¿qué es? -La información internacional cada vez tiene menos espacio y en cambio aumentan las noticias locales. ¿Qué consecuencias puede tener este sesgo informativo? -Propones que la primera reacción del ciudadano de a pie frente a la información de masas que recibe debería ser la desconfianza. ¿Cómo despertar el espíritu crítico? -Nadie debe resignarse a ser un mero espectador, otro sistema informativo es posible. ¿Qué sugieres? “Los medios de comunicación quieren presentarse ante la sociedad como defensores de la paz, pero en el fondo han jugado papeles muy importantes en la creación de odio y violencia” -Hablas del nacimiento de una nueva corriente, el denominado periodismo preventivo. ¿Qué aporta de nuevo? -En tu caso, ¿qué te ha supuesto el trabajar a contracorriente? -El filósofo y escritor Santiago Alba Rico comenta en el epílogo de tu libro que dentro del periodismo que se está viviendo no basta con ser un profesional, riguroso y objetivo sino que además hay que ser revolucionario. Y te pone de ejemplo. -Me gusta la frase con la que terminas el libro: Vivimos tiempos oscuros y de pesimismo pero también son tiempos para buscar la luz.
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